El talento no es suficiente

“La preparación es algo muy importante. Si fallas al prepararte, te preparas para fallar”.
Novak Djokovic

Hay personas que nacen con talento. Qué valioso y bonito ver cuando alguien aparentemente sin preparación se levanta y pinta un cuadro maravilloso, crea magia con el pincel, como un futbolista hace magia con el balón.

¿Por qué Messi o Federer son “más fáciles de querer” que otros jugadores? Porque dan la impresión de que ellos son puro talento, y eso es lo que a la gente le gusta admirar. Las personas suelen creer que sus logros no es producto del trabajo duro sino producto de los dones que Dios les dio ¡Cuánto talento!

Pero ¿Qué pasa con las personalidades que no dan demasiadas vueltas y que responden sin pelos en la lengua? Hay personalidades que no encajan con las expectativas de la mayoría de la gente y no tiene algo de malo en realidad, porque lo que están compartiendo puede ser tomado como ejemplo para cambiar – y para bien- aspectos de nuestra vida personal y profesional.

Si entrevistan a un jugador como Messi y responde algo como (léase con su voz) “intentaremos hacer lo mejor posible, si el entrenador me permite estar en la cancha trataremos de sacar un buen resultado para el equipo que es lo que importa”, la gente se sentirá identificada con él y dirá “¡Qué humilde es Messi!”.

Por otro lado, si escuchan a Cristiano Ronaldo decir que trabaja para ser el mejor del mundo, que él no busca los récords sino que los récords lo persiguen a él porque siempre está preparado para conseguirlo todo, la reacción inmediata de la mayoría de la gente será negativa. Como si eso no contribuyera a los buenos resultados del equipo o como si la preparación no fuera gran cosa. Ah pero es que no suena bonito y empático.

No es para menos que actitudes como la de Cristiano sean pintadas como soberbia. Las personas siempre prefieren adorar actitudes de falsa modestia. Les gusta creer en una especie de talento innato que nada tiene que ver con el esfuerzo diario. Una gran mentira, porque un gran jugador – o un grande en general – no se hace solamente de talento. Sin todo el trabajo físico y de laboratorio mes a mes, Messi no sería el deportista que es hoy.

Algo muy importante que influye en la mala percepción de las actitudes de los demás es que la gente pocas veces conoce el contexto en el que se desenvuelve o el ambiente en el que creció aquel al que llaman soberbio o prepotente.

Basta con saber la dura niñez que tuvieron atletas como Cristiano Ronaldo o Novak Djokovic para entender un poco el por qué de sus declaraciones. El tener que enfrentarse a adversidades desde muy pequeños hace que el carácter y la personalidad se forjen prematuramente. Eso les ayudó a motivarse para sobresalir y querer demostrar al mundo que son los mejores, pero al mismo tiempo han conseguido con ello mucha incomprensión.

En deportes de alto rendimiento y alta competencia, no basta con ser bueno, tienes que ser mejor que los mejores. Hace falta determinación, pasión, disciplina, sacrificios familiares y un sinfín de cosas más que muy pocos están dispuestos a hacer y a enfrentar. Además de eso, hay que ser capaces de reconocer siempre a los rivales y aceptar las derrotas como lecciones.

Como fanática del tenis y del futbol me gusta decir que Novak Djokovic es el Cristiano Ronaldo del tenis. Es el jugador que llegó a desafiar a los amados del público al no tener reparo en decir que trabaja por ser el mejor de la historia, que quiere ganarlo todo. Eso incomoda a la gente, eso no cae bien pero...

Como dije antes, mostrar lo que somos y cómo trabajamos para conseguir lo que queremos no tiene algo de malo. Al contrario, si queremos aprender de los mejores creo que es importante conocer los procesos reales que atravesaron para llegar hasta donde están.

Recuerda, no vas a lograr el éxito –con el significado que quieras darle a la palabra- solamente porque tienes talento. Esa idea simplemente es otra romantización de nuestros tiempos.