La política como vocación - Max Webber

Ensayo

El político y el científico es una compilación de dos conferencias otorgadas por Max Webber en 1919, se divide en dos partes: la política como vocación y la ciencia como vocación.

Webber dijo que las cuestiones relativas a la política, es decir, el quehacer político, nada tiene que ver con el problema general: ¿Qué es y qué significa la política como vocación?

Como bien sabemos, el concepto de política es bastante amplio, es un término que se ocupa en distintas áreas del saber, pero Webber se refiere a la política como la influencia sobre la trayectoria de una entidad política que, en este caso, es el Estado.

El Estado, según Webber, es la comunidad humana que reclama con éxito el monopolio de la violencia física legitima ¿Qué significa esto? Que a todas las personas “fuera del Estado” solo se les concede el derecho a la violencia física en la medida en que el estado lo permite. Así, el Estado es la única fuente del “derecho” a la violencia.

Cuando se dice que algo es una cuestión de política, quiere decir que la respuesta a esta cuestión -o las condiciones de la decisión alrededor de esa cuestión-, dependen directamente de los intereses existentes sobre la distribución, la conservación o la transferencia de poder ¿Por qué? Porque quien hace política aspira al poder, al control, al gozo del prestigio que el poder confiere.

Para que todo esto se lleve a cabo es necesario una dominación sobre los hombres mediante la aceptación de la autoridad de manera voluntaria. Webber estableció en su conferencia los motivos internos de justificación para esta dominación y planteó tres tipos de legitimidad de esa dominación: la tradicional, la carismática y la legal.

De las 3 justificaciones de dominación de hombres sobre otros hombres (o bueno, personas sobre otras personas) que explica Webber, la legitimidad carismática tiene un gran enfoque.

En la democracia moderna está combinada la legitimidad carismática con la legal. La autoridad carismática es la autoridad propia de la política y del Estado moderno en general. El que pueda tener el poder mediante su carisma, es para Webber, el político por vocación.

Entonces, si tenemos un presidente elegido por ser carismático y, una vez en el poder, no cumpliera con su deber ¿Quiere decir que era una falsa legitimidad por carisma? Quizá en un principio lo fue -tenía buenas intenciones y consciencia de servir al país- pero, una vez que logra el poder se convierte por completo en una autoridad legal y nada más ¿En qué momento se cruza la línea?

De aquí se desprende una pregunta clave ¿Vivir de la política o para la política?

Las personas que viven para la política son los políticos por vocación, aquellos que tienen consciencia de lo que significa servir al país. Eso le da sentido a su vida. Si vives para la política ocupas las herramientas y recursos a tu disposición para buscar el bien para la sociedad mediante la persecución de un objetivo común para el beneficio de todos y no de ti mismo.

Las personas que viven de la política, simplemente son succionadoras de todo lo que la política les puede conferir con el único objetivo de satisfacer sus propias necesidades y obtener un beneficio individual. No hay una consciencia, no hay una vocación.

En nuestro país tenemos la imagen de tener políticos que viven de la política. Muchos entran ahí porque representa seguridad financiera para ellos y su familia, significa tener su vida resuelta; pero no significa resolver la vida en sociedad.

Cuando los políticos muestran que parecen vivir de la política, lo catalogamos bajo el término de corrupción, la cual es consecuencia de la falta de educación de calidad en el país.

Es precisamente esta área, la de la educación, donde es vital que se ejecute como vocación, porque muchos maestros (y personal administrativo) de nuestro país no viven para la educación, viven de la educación. En ese sentido tenemos, por poner un ejemplo, sindicatos para sacarle el mayor provecho económico a la educación, siempre velando por los propios intereses.

Si los maestros no se preocupan por formar ciudadanos capaces de tener un razonamiento critico individual, esos alumnos -futuros ciudadanos de la nación- tampoco se preocuparán por, en su caso, vivir para la política, sino que también vivirán de ella.

Todo es una reacción en cadena. El día que comprendamos que la sociedad solamente puede avanzar hacia un progreso real mediante el trabajo en conjunto -generación tras generación-, se invertirá más en educación de calidad con maestros comprometidos y con la preparación adecuada para guiar hacia el cumplimiento de un objetivo plural.

Webber nos ayudó a entender lo que es el Estado moderno bajo su clara comprensión del mismo en su tiempo. Podemos ver al Estado como expropiador del poder político,  nos hizo ver que hay políticos que militan por una causa y hay otros que convierten la política en una fuente económica y de recursos.

Cuando surge el político que vive de la política –también con ideales- nace el político profesional, cuyo ingreso no debe depender de que se dedique a una actividad económica de manera personal.

Para Webber, aparte de los ricos y rentistas, solamente el abogado es el profesional que puede convertirse en político por vocación porque es económicamente prescindible. Jaja.

Comentarios

Entradas populares